A través de mi ventana

Dicen que hace hoy un mal día; un día feo, se quejan. Yo, sin embargo, lo encuentro más bello que el día más soleado. Mi espíritu no está triste, sino que me pongo melancólica para acompañar a la lluvia que va borrando los colores de las cosas. Todos tenemos que descansar. Colores apagados, sonidos relajantes, silencio sonoro. Invitan al recogimiento. Podemos, así, tomarnos un descanso de nuestros soleados días de alegría para pensar.

Lloremos de tristeza irreal, desahogemos nuestra alma con lágrimas de cocodrilo. Hoy todo está perdonado: hasta el cielo llora, pues llora tú también.

Los libros, al oir la lluvia, cobran vida en mis estanterías, me quieren llevar a un lugar que aún no conozco. Voy a ir con ellos, quiero sentir el aire húmedo que entra por mi ventana mientras paseo libremente por mi fantasía.

No digáis que hace un día feo, decid que hace un día limpio, fresco. Un día tranquilo y melancólico. Un dia digno de ser vivido, con su propio olor y sabor.