Tengo seis años, y mi vida es tan intensa
que debo ser el centro del mundo.
No entiendo lo que me dicen,
no entiendo otros puntos de vista
porque mi experiencia se limita
a seis años de comodidad, seguridad y amor.
Necesito tantas cosas para ser feliz...
Necesito, en realidad, tan poco.
Tengo dieciséis años y soy muy poderosa.
Soy una auténtica mujer, sabia, hermosa.
No es que sea el centro del Mundo,
sino que el Universo está a mis pies.
En un momento lo tengo todo
y al segundo vuelvo a perder.
Estoy tan cerca del cielo que,
cuando tropiezo,
caigo a la velocidad del rayo
y me hiero
y el dolor no me deja respirar.
Soy indomable, imposible, inestable
y mi vida me maneja a empujones.
Tengo veintiséis años.
Ahora comprendo el tamaño del Universo.
Soy grande,
tan grande como cualquier otro.
Tengo en mis manos mi vida,
que ahora sí manejo a mi antojo.
Mi futuro es tan amplio,
mis opciones tan diversas.
Estoy en la flor de la vida,
en la flor de la consciencia.